Baruch Atá Ado-nai Elohênu Mélech HaolamAsher kideshánu bemitzvotav vetzivánu al Sefirat Haômer.

Así explica la Torá el período de Omer –que literalmente significa medida– que comienza en la segunda noche de Pesaj y se extiende hasta Shavuot. Según la Torá, el día dieciséis del mes de Nisán –es decir, el segundo día de Pesaj– antes de comenzar a cosechar sus campos, los judíos debían llevar una ofrenda de los nuevos granos al templo. Y sólo a partir de ese día se pudo aprovechar plenamente la cosecha. Luego de la fecha comenzó el conteo de 49 días consecutivos hasta Shavuot, también llamado Fiesta de la Cosecha del Trigo.

Con la destrucción del Templo, ya no fue posible hacer la ofrenda, pero la tradición de contar los días entre Pesaj y Shavuot, conocida como Sefirat Haomer, continuó siendo observada por los judíos a lo largo de los siglos. El conteo siempre debe hacerse al anochecer, cuando, según el calendario judío, comienza un nuevo día. La Cuenta del Omer comienza con la recitación de un Salmo y luego se dice el rezo del Omer, repitiendo el número de días en que se ha realizado, como se muestra en el ejemplo: "Este día completa veinte días, que representan dos semanas y seis días del Omer."

Los cabalistas consideran el período del Omer como un tiempo de profunda preparación para la recepción de la Torá, que ocurre en Shavuot. Otros lo consideran un período de penitencia o como un tiempo para preparar la mente para la Revelación en el Monte Sinaí. Los 49 días del Omer son el resultado de la séptuple multiplicación de las siete sefirot, que representan los aspectos divinos y humanos de la personalidad: hesed – amor; gevurah – fuerza y ​​juicio, incluida la ira; tiferet – gloria, orgullo y equilibrio interior); netzá – triunfo y engrandecimiento; hod – belleza; yessod – creación, incluida la energía sexual; maljut – realeza, autoridad y también el componente femenino en la personalidad masculina).

Según la Cabalá, cada uno de estos siete elementos contiene todos los demás, sumando un total de 49 aspectos de lo humano y lo divino. En cada uno de los días de la Cuenta del Omer, los cabalistas buscan restaurar o elevar dentro de sí la combinación de sefirot que forman parte de ese día específico. En otras palabras, en el primer día del Omer se centran en el concepto de hesed, amor, profundizando en el amor más puro que el alma puede encontrar dentro de sí misma. El segundo día, se centran en la gevurá contenida en hesed, es decir, la ira o juicio que existe en lo que uno ama; etcétera.

El tiempo de la Cuenta del Omer también se considera un período de duelo, ya que varias tragedias golpearon al pueblo judío durante este período, como la persecución de los discípulos de Rabí Akiva por parte de los romanos durante el segundo siglo de la era común; o la muerte de los judíos durante las Cruzadas; y, más recientemente, durante la Segunda Guerra Mundial, la destrucción del gueto de Varsovia. Por lo tanto, durante este período no se celebran bodas ni fiestas. La única excepción se hace el día 33 de Omer, cuando se celebra Lag Baomer, fecha en la que terminaron repentinamente las persecuciones contra los seguidores de Rabí Akiva.