En 1976 se fundó oficialmente la unibes, que se convertiría en una de las instituciones más importantes del sector: la Unión Brasileño-Israelí de Bienestar Social.

Sin embargo, su historia es anterior a esa fecha y se remonta a principios del siglo XX, cuando se fundaron las primeras instituciones judías en el ámbito social.

Resultado de la fusión de una serie de entidades del sector, entre ellas la Sociedade Beneficente das Damas Israelitas y la Sociedade Beneficente Amigos dos Pobres - Ezra, ambas creadas en 1915, además de la Sociedade Pró-Imigrante, Policlínica Linath Hatzedek, Lar da Criança das Damas Israelitas, Gota de Leite de B'nai B'rith y de la Organización de Asistencia Social de Mujeres Israelíes (Ofidas), Unibes cuenta actualmente con una serie de socios en el sector privado, dentro y fuera de la comunidad, y también con un socio gubernamental , que le permitirán continuar con su trabajo. Así, se puede decir que Unibes es, en cierto modo, la continuación de cada una de las entidades que le dieron origen. Cada uno de ellos tenía su misión específica y, de una manera u otra, surgieron para satisfacer las necesidades de los inmigrantes judíos que abandonaron Europa para establecerse en Brasil. De cada uno de ellos, Unibes heredó experiencia y métodos de trabajo y, sobre todo, una larga trayectoria de trabajo social. Su trayectoria se puede seguir detalladamente en los libros “Unibes, 85 años. Una historia del trabajo social de la comunidad judía en São Paulo”, compilada por el historiador Roney Cytrynowicz; “Unibes 90 años” y “Paralelos: 95 años de Unibes contados a través de la historia de São Paulo”, coordinados por Cytrynowicz.

Actuando en diferentes segmentos, más que ofrecer asistencia social, Unibes apunta a la promoción humana y social de familias, ancianos, jóvenes y niños de la región central de São Paulo, considerando sus particularidades socioculturales.

“Desde un principio, el sector de asistencia social-comunitaria tuvo un objetivo fundamental: garantizar una vida digna a los inmigrantes y miembros necesitados de la comunidad. Con el paso de las décadas y las demandas de la comunidad judía cambiaron, Unibes demostró su capacidad de cambio y pasó a servir a la sociedad en general, como lo demuestran los diversos programas”, informa Bruno Laskowsky, actual presidente de la institución.

El reconocimiento al trabajo realizado por la entidad se puede constatar en los premios acumulados en los últimos años, entre ellos el Premio Bem Eficiente – Kanitz & Associados, el Premio Comunidad Solidaria, el Premio Talleres de Convivencia Deportiva – Unicef, la Fundación Vitae, el Premio Derechos Premio Recursos Humanos del Ministerio de Justicia y muchos otros.

Los proyectos de Unibes también incluyen a personas mayores, personas con discapacidad física y mental, además de servicios como el Bazar Benéfico -una de las fuentes de ingresos de la organización- y la Farmacia Privada. Otros segmentos involucran atención médica, asistencia familiar, instituciones de largo plazo, atención psicológica y psiquiátrica, centros comunitarios, programa o terapia ocupacional, programa Avodá, pensión protegida y mucho más.

En el universo comunitario, Unibes mantiene el Programa Ieladim (niños, en hebreo), que otorga becas a escuelas judías. Fruto de una asociación entre la institución y un donante anónimo, su objetivo es fortalecer la educación judía y acercarla o acercarla a la religión. Ieladim Universitário garantiza a los jóvenes la oportunidad de asistir a la facultad o universidad.

El poder del voluntariado

En una época en la que se habla tanto de responsabilidad social y solidaridad, el trabajo voluntario puede ser un factor importante en la construcción de una sociedad mejor. Según Ahuva Flint, directora de Voluntariado de la Unibes, la institución se basa en el concepto de Tzedaká, Justicia social. Dentro de este principio, ser voluntario es un ejercicio de ciudadanía y de hacer el bien, reflejándose positivamente por ambas partes, el usuario y la persona que está dispuesta a dar un poco de sí mismo, lo que sabe, lo que le conviene compartir.

“El voluntariado es un aspecto importante para Unibes, trabajar codo a codo con los empleados. Desde hace 95 años, contamos con este segmento para el día a día de la institución, en diversas áreas, entre ellas clasificación de productos de bazar, ventas, atención telefónica, área administrativa, atención domiciliaria, atención a personas mayores, recreación, guardería. , asesoramiento y pensión. Cada uno trabaja según su perfil, disponibilidad de tiempo y aptitud. Cualquiera que quiera ayudar a otros puede postularse”, explica Ahuva Flint.

Actualmente, Unibes cuenta con 208 voluntarios que, junto a los profesionales, la convierten en una entidad diferenciada y de alto nivel. “El trabajo de los voluntarios complementa el trabajo de nuestro personal contratado, formando una colaboración muy adecuada que permite que nuestra acción sea más integral y eficaz. Nuestro voluntariado es un ejemplo para muchas ONG, que nos buscan para conocer nuestra metodología”, destaca Ahuva.

Entre los numerosos programas que mantiene Unibes se encuentra Asistencia a Domicilio, también llamado Grupo Or. Creado en 1999, cuenta con 15 voluntarios y tiene como objetivo ayudar en el hogar a personas/familias en situación de aislamiento sociocultural, en su mayoría personas mayores, con problemas físicos y/o limitaciones mentales. Dentro de este proyecto, el rol del voluntario es acompañar a la persona atendida durante las consultas, exámenes, ayudar en las tareas rutinarias y del día a día, así como estar con ella en eventos y actividades del Centro Comunitario Unibes. Según Wilma Kiguti Ikeda, trabajadora social y coordinadora del Grupo Or, los beneficios de la presencia del voluntario son visibles en el panorama general de los usuarios, para su reinserción sociocultural y religiosa y, en consecuencia, en la mejora del servicio prestado por Unibes. . “El contacto personal es fundamental en todo este proceso”, destaca Wilma.

niños y adolescentes

Poseedor de varios premios en el área de responsabilidad social, Unibes ha sido destacada en varios reportajes en la prensa comunitaria y nacional por el trabajo realizado en el Centro de Educación Infantil. Creado en 1935 con el nombre de Lar das Crianças, su finalidad era atender a niños de familias judías que llegaron después de la guerra y vivían en situación de riesgo. En aquel momento funcionaba como internado para hijos de inmigrantes judíos.

Sin embargo, siguiendo los cambios en la comunidad judía y adaptándose a las nuevas demandas sociales, la entidad firmó, en 1971, un convenio con la Municipalidad del Municipio de São Paulo junto con la Secretaría Municipal de Asistencia Social, cambiando su nombre a Creche da Unibes con el objetivo de atender a niños de dos y seis años de la comunidad mayor, en situación de vulnerabilidad social. Como consecuencia del buen trabajo realizado, en el año 2005, el Centro de Educación Infantil Betty Lafer pasó a formar parte de la Secretaría Municipal de Educación, y tiene como objetivo promover el desarrollo integral de los niños de hasta seis años de edad en su condición física, aspectos psicológicos, intelectuales y sociales, completando la acción de la familia y la comunidad. Actualmente el Centro atiende a 200 niños a tiempo completo durante 10 horas y, además de cumplir con el currículo de educación infantil, también ofrece actividades extraescolares como salidas al teatro, parques, cine y otras. La orquesta Unibes, actualmente patrocinada por FUMCAD, es otra actividad de éxito entre niños y adolescentes. Está integrado por instrumentos de cuerda, madera, metal y percusión, además de contar con un grupo de canto coral. Los niños y jóvenes tienen clases dos veces por semana, en las que aprenden a tocar el instrumento, ensayando diferentes repertorios. Inicialmente las clases se ofrecen separadas por trajes y, a medida que los participantes se van desarrollando, comienzan a entrenar el repertorio del grupo para futuras presentaciones. “Ese trabajo conduce a una mejor organización y disciplina, además de trabajar la autoestima”, destaca María Zenobia Duch, gerente del Área de Niños y Adolescentes de la Unibes.

Según María Zenobia, “el trabajo con la comunidad en general en el área de niñez y adolescencia se desarrolla junto a la familia y además de la escuela formal, desarrollando una serie de acciones socioeducativas importantes para la formación de ciudadanos conscientes que hacer este mundo más digno y humano para ellos y para las generaciones futuras”.

Capacitación profesional

Este sector también incluye el Programa de Formación Profesional Unibes-GMK (Asociación George Klabin). Implementado en 1993, el Programa tiene como objetivo ofrecer a los jóvenes herramientas para ingresar al mercado laboral de manera competitiva. Su público objetivo son jóvenes de 15 años y 6 meses hasta 29 años, matriculados en la red pública formal o con educación secundaria completa. El proyecto surgió del interés de GMK por desarrollar junto con Unibes un programa de formación orientado al trabajo.

Para cambiar esta realidad se implementó el Programa de Formación Profesional Unibes-GMK, que cuenta con varios socios, entre ellos la Secretaría Municipal de Asistencia y Desarrollo Social y la Secretaría Especial de Participación y Colaboración FUMCAD), red Cinemark, Hoteles Accor, Miguel Lafer (Jacob Proyecto Klabin Lafer), Grupo IMC, FM Marketing, Universidad São Judas Tadeu, Diputado Vitor Sapienza y Facultad de Enfermería del Hospital Israelita Albert Einstein.

Actualmente el programa ofrece los siguientes cursos: Rutinas de Oficina, Servicio de Cine, Servicio de Restaurante y similares, Hospitalidad, Gastronomía/Ayudante de Cocinero, Diseñador Web, Montaje y Mantenimiento de Computadores, como destaca María Zenobia Duch.

“El plan de estudios incluye, además de temas técnicos, clases sobre valores y principios esenciales para la vida, visando cambios incorporados en la conducta. Creemos que el aprendizaje no es sólo el dominio del conocimiento, sino la capacidad de organizar y producir conocimiento. Lo que diferencia a los jóvenes preparados en nuestra organización es que amplían sus posibilidades, ya que el curso trasciende la formación profesional y apunta a la formación global. El programa es una iniciativa en la que los jóvenes encuentran un espacio para despertar sus habilidades y valores, convirtiéndose en protagonistas de su futuro”.

Al hacer un balance de sus 95 años de historia, Laskowsky destacó la calidad del trabajo de la institución, que ha superado la prueba más grande que existe: la prueba del tiempo. “Durante 95 años, la institución ha jugado un papel importante en la sociedad, habiendo atendido alrededor de 300 personas a lo largo de su historia.

Y, en promedio, hay alrededor de siete mil personas por año. Sin embargo, más importante que las cifras, que la cantidad, es la calidad de los servicios prestados”. ¿Cuál es el mayor desafío de la entidad para las próximas décadas? La sostenibilidad de los proyectos dentro de un mismo estándar de calidad, aumentando el número de servicios”, afirma el presidente de la entidad.

Los orígenes de Unibes

En las primeras décadas del siglo XX, la ya difícil vida de los judíos en Europa se deterioró aún más. Aunque la Primera Guerra Mundial, la revolución bolchevique y la crisis de 20 tuvieron consecuencias devastadoras para las poblaciones del continente, los judíos fueron los que más sufrieron, ya que, además de afrontar grandes dificultades económicas, se convirtieron en blanco de violencia y discriminación. El resultado fue una intensificación de la migración. El sueño de todos era ir a Estados Unidos, pero a medida que las puertas de ese país se cierran, en el mapa aparecen otros países latinoamericanos, incluido Brasil. Muchos deciden ir a São Paulo, que en ese momento ya era un importante centro económico.
 
La mayoría de los jóvenes que desembarcaron en el puerto de Santos o llegaron a la Estação da Luz, en Bom Retiro, no hablaban portugués ni tenían perspectivas laborales. Con mucha suerte, algunos llevaban consigo algo de dinero que les permitiría sobrevivir unos días. En aquel momento, no existía una red de protección social organizada en la comunidad judía, y los inmigrantes, la mayoría de los cuales procedían de un pequeño pueblo de Europa, habrían tenido grandes dificultades para sobrevivir en una metrópoli si no fuera por alguna organización de ayuda. Uno de ellos, EZRA (en hebreo, ayuda), organizó la acogida de los recién llegados por un voluntario que hablaba su idioma y les ayudó a dar sus primeros pasos en la ciudad. A su llegada, los llevaron a una de las varias casas de huéspedes repartidas por Bom Retiro y luego al Bureau Du Travail, que les ayudó a encontrar su primer trabajo.

EZRA no era sólo la entidad judía más grande e importante de São Paulo. También sirvió como organismo mediador y coordinador, que se ocupaba de todo, desde la entrada de inmigrantes al país, incluso brindándoles asesoramiento jurídico, hasta el apoyo de éstos y de los judíos ya asentados, pero que aún necesitaban ayuda. Se estima que entre 1921 y 1930 emigraron a São Paulo 29.435 personas, cifra respetable si consideramos que hoy viven en esta ciudad alrededor de
60 mil judíos.
 
Para satisfacer las necesidades de estos inmigrantes, otra entidad fue fundamental: la Sociedade Beneficente Damas Israelitas. Fundada en 1915, se ocupaba especialmente de niños y mujeres, proporcionándoles desde ropa hasta asistencia más urgente, como el parto. En 1928 se fundó otra organización de ayuda, la Sociedade Beneficente Linath Hatzedek, cuyo principal objetivo era proporcionar medicamentos e incluso préstamos para cubrir los gastos hospitalarios a quienes no tenían recursos para cubrir los gastos en caso de enfermedad. Ayudar a los niños recién nacidos era función de otra entidad creada en 1932, Gota de Leite, mantenida por las mujeres de B'nei B'rith. La organización proporcionó leche y alimentos a los necesitados, que eran muchos.
 
A denominação OFIDAS, mais conhecida da comunidade judaica, na verdade foi o resultado de uma das primeiras fusões realizadas na área assistencial da comunidade judaica de São Paulo, em 1940, quando a Gota de Leite uniu-se à Sociedade das Damas Israelitas e ao Lar de los niños.
 
El crecimiento de la comunidad judía en las décadas siguientes y su modernización fueron acompañados de entidades comunitarias y, en 1976, de nuevos conceptos de servicio social, basados ​​en las mismas premisas que los que acogieron a los inmigrantes décadas atrás, Linath Hatzedek, cuyo nuevo nombre fue Policlínica, se incorporó a Ofidas, creando la entidad que hoy conocemos como Unibes.
 
Hoy la inmigración prácticamente no existe, pero la necesidad de ayudar a los demás es igual o mayor. Se estima que alrededor de 6.000 personas de nuestra comunidad necesitan algún tipo de asistencia. Para ello, 95 años después, los directivos, profesionales y voluntarios de Unibes están siempre disponibles, con la mano tendida y dispuesta a ayudar a quien lo necesite.

Presidentes de Unibes desde su fundación hasta la actualidad

     1976 a 1979: Antonieta Bérgamo
     1979 a 1990: Petronia C. Teperman 
     1990 a 1999: Anita Schuartz
     1999 a 2005: Dora Lucía Brenner
     2005: Bruno Laskowsky