La jalá es un alimento esencial en la mesa de Shabat.


Hoy en día, cuando nos referimos a jalá, tenemos en mente el pan brillante, trenzado o redondo que se originó en el sur de Austria y Alemania en la Edad Media y se comía en Shabat y en todas las demás celebraciones religiosas y eventos festivos.

Las mujeres judías suelen asar dos chalotes el viernes en honor al Shabat. Diversas costumbres rodean su producción. En Trípoli (Libia), por ejemplo, se mezclan algunas semillas con la masa, símbolo de fertilidad. En Marruecos se añaden nueces, pasas y anís, que simbolizan la dulzura y la fertilidad. En Europa del Este, también es común asar chalotas con uvas.

Sin embargo, cuando la Torá menciona jalá, se refiere a la parte que se extrae de la masa antes de hornearla y que se le da a los Kohanim. Originalmente esta ley bíblica sólo se aplicaba a los productos procedentes de la tierra de Israel, pero tras la caída del Templo y la consiguiente dispersión de los judíos, los rabinos extendieron este mandamiento a la Diáspora.

Sin embargo, ¿cuál es el significado exacto de jalá? Para entenderlo es necesario recordar la salida del pueblo de Israel de Egipto. En el desierto, los judíos se quejaron ante Moisés del hambre y la sed y le preguntaron cómo sobrevivirían. Una vez más, Di-s realizó un milagro al dejar caer un pequeño grano que nadie había visto jamás. Cuando se le preguntó qué era, Moisés respondió: "Es el pan que Di-s nos envió desde el cielo". Era maná. En vísperas de Shabat y en vísperas de días festivos, siempre caían del cielo dos porciones de maná. Precisamente en memoria de este hecho, el viernes se colocan dos chalotas en la mesa.

La generación que salió de Egipto se alimentó durante 40 años del maná, un alimento celestial, totalmente diferente al llamado “pan de la tierra”. Los hijos de Israel habían alcanzado un tipo de existencia ideal al que no querían renunciar. Di-s entonces les reveló que al entrar en Canaán podrían alcanzar el mismo grado de santidad al comer el pan de la tierra, si separaban una porción de la masa del pan antes de hornearlo:

"Cuando comáis el pan de la tierra, ofreceréis ofrenda al Eterno de las primicias de vuestra masa, ofreceréis un trozo como terum..... ." Por tanto, esta parte fue entregada a Cohen, quien sólo podía comerla si era ritualmente pura.

Desde la destrucción del Segundo Templo, los Kohanim se encuentran en un estado de impureza ritual y, por lo tanto, no pueden comer jalá. Por lo tanto, a partir de este momento se separa una pequeña cantidad de la masa del pan y se quema y se tira.

La preparación de jalá se consideraba una tarea especial para las mujeres de la familia. Reservar una porción, es decir, jalá, al preparar el pan que serviría como alimento, es una de las tres mitzvot que Di-s ordenó a las mujeres judías, junto con las leyes de la mikve y el encendido de las velas de Shabat. Al hacer esto, la mujer judía reconoce que el pan, como todo sustento físico, es un don divino. Al seguir este mandamiento estará atrayendo bendiciones a su hogar y su acto es comparable a la ofrenda de los Cohanim en el momento del Gran Templo, los viernes.